Ender en el exilio - Orson Scott Card

La semana pasada les traje la reseña de El juego de Ender, el primer libro de La Saga de Ender. Hoy les traigo el segundo que es: Ender en el exilio.

Como les había dicho la semana pasada el libro de El juego de Ender es mi obsesión del momento, me parece una novela muy sugerente, me encantan los personajes y la trama, la veo como una obra muy pulida, y no debo ser la única ya que recibió el premio Nébula al igual que La voz de los muertos, que sería la tercer novela de esta saga, vaya joyas, ¿no? Para dar mi reseña de este libro tengo que soltarles el final del primero porque de ahí parte éste y los demás libros, así que si no quieres que te haga un spoiler, te recomiendo dar click aquí e ir a leer mi reseña de la semana pasada. Ahora que, si no te importan demasiado, te invito a que te quedes conmigo.

Aquí es donde debo darles a conocer el final de El juego de Ender, y es que resulta que Ender con todos sus amigos libraron una batalla, que para ellos era como un simulacro contra los insectores, ellos como estrategas dirigiendo una flota. Sin embargo, cuando Ender decide prácticamente volar el planeta para terminar con el entrenamiento, le dicen que ha ganado la guerra, que ha librado a la humanidad de los insectores y cualquier posibilidad de contra ataque, puesto que no era un simulacro, sino la realidad y Ender habría terminado con esta especie. Ender, entonces tiene 11 años, está destrozado por el entrenamiento en la escuela de batalla, se siente sólo, cansado, aislado, asfixiado y terriblemente culpable, puesto que él no quería asesinar a toda una especie, ya que de tanto analizarlos para prever un contra ataque había llegado a amarlos.

Pero también el libro termina con Val reuniéndose con él para ir a explorar nuevos mundos que los insectores habrían dejado y que los humanos tienen la esperanza de habitar para que la sobre población ya no sea un problema. Además Ender encuentra una crisálida con La reina insectora dentro, que se comunica telepáticamente con Ender, él la toma como protector y le promete encontrar un nuevo planeta para que ella y sus obreras puedan vivir otra vez. A la vez que escribe dos libros, uno con las memorias de La reina colmena y otro con las memorias de el hegemón (su hermano Peter), que firma con La voz de los muertos, esto como redención para estos dos personajes y para él mismo.

Suena raro, complejo y disparatado, pero les prometo que si leen El juego de Ender, todo lo dicho tiene mucha lógica y además tuve que decirlo porque a partir de esto comienzan los otros libros.

En concreto Ender en el exilio es un libro que cronológicamente es el segundo, pero que Orson Scott Card escribió hasta el último de La saga de Ender y después de la Saga de la sombra, que toma los personajes secundarios de El juego de Ender (lo hizo para unir estas dos sagas y darle congruencia al salto temporal entre El juego de Ender y La voz de los muertos).

La historia.

En este libro acompañamos a Ender en su viaje hacia el planeta Shakespeare junto a su hermana Valentine, para comenzar una nueva colonia de humanos fuera del planeta tierra. Este viaje transcurre en meses, ya que van a la velocidad de la luz, pero en la tierra el tiempo avanza mucho más rápido, por lo que para los que dejan atrás son décadas enteras. En Shakespeare Ender tratará de conocer más a los insectores (pues es el planeta en que vivían), mientras que su hermana Val se dedica como historiadora a redactar libros sobre La guerra insectora.

Y es en Shakespeare donde Ender encuentra la crisálida de la Reina Colmena, donde escribe La voz de los muertos y donde decide ir en busca de un planeta adecuado para la crisálida, es decir, en un libro se explica con detalle todo el capítulo 15 de El juego de Ender y poco más.

Mi opinión.

Perdonen ustedes lo largo de mi reseña, pero es que quiero ser sincera y no dejarme nada.

Seguro que la mayoría de las personas no estará de acuerdo conmigo, pero esta es mi peor lectura de 2018, no creo que ningún libro futuro la supere. Sí, El juego de Ender me había parecido un buen libro, cierto que algo frío pero un muy buen libro que les he recomendado un montón. Pero este es el polo opuesto. Al día que escribo esta reseña ya estoy leyendo el quinto libro de la saga y esto me ha ayudado a entender lo que aquí ha pasado. El tercer libro cronológicamente es La voz de los muertos, uno tan recomendado y premiado como el primero, pero de ahí, el cuarto y el quinto van en descenso, luego está La saga de la sombra y terminados estos libros se escribió éste, por lo que es el resumen del deterioro de Ender y un libro muy lejano a la fecha en que debió publicarse (es el último libro escrito, y cronológicamente es el segundo).

Cuando lo comencé a leer parecía que me hablaban de otros personajes totalmente diferentes y con un montón de incongruencias que me han hecho releer el primero para ver si era yo o en verdad había algo ¡es qué son tantas! Según leí por ahí después es verdad que existen estas incongruencias y es por ello que el autor reescribió el capítulo 15 de El juego de Ender, para que se adapté a lo que se dice en Ender en el exilio, pero por más que he buscado no encuentro ese capítulo editado.

Es un libro de transición realmente no aportada nada, por lo que es prescindible, incluso para mí hubiera sido mejor no leerlo. Supuse que con el paso de los libros iba a cobrar sentido lo que ahí leía, pero no.

Primero vamos con Ender, un niño destrozado psicológicamente por la escuela de batalla, que la culpa le carcome por haber aniquilado a toda una especie, que se encuentra sin el apoyo de sus padres, sin entender porque no han hecho hasta lo imposible por pedir su regreso a la tierra, ¡qué tiene entre 12 y 14 años! Y de pronto aparece en este libro fresco como la mañana, calculador y maduro, que tiene todo bajo control, conciliador, que no sólo se ha reconstruido, sino que sirve como pilar y consuelo a los que están a su alrededor, ¿es el mismo Ender? Pues para mí no. Entiendo la psicología del primer Ender, pero esta me parece tan lejana que es otro personaje y que ha servido para cuadrarlo con El Ender de La voz de los muertos, pero que ha desechado al de El juego de Ender.

Valentine sigue ahí, creo que es su personaje más estable, sin embargo aún me parece que está algo a la sombra, como una pieza que está ahí firme y sustanciosa como es Val, pero que apenas y se deja ver.

Sabemos poco de los personajes secundarios de El juego de Ender, pues se han quedado en la tierra y su tiempo corre en años, mientras que para Ender pasa muy poco por el viaje espacial, pero bueno, aunque los extraño, está bien, acepto que se vayan, pero lo que no acepto es que me rellenen con personajes secundarios que a la fecha no entiendo porque había que dedicarles tantas páginas y hablo de: Alessandra y su madre Dorabella. Dos personajes odiosos que ocupan la tercer parte del libro y que no aportan nada a la saga porque aquí aparecen y aquí se quedan.

Es que son lo peor, cursis a más no poder, Alessandra frágil y hermosa como una hada y su madre una encantadora harpía que quiere casar a su hija con Ender. Y es lo que me saco por decir que El juego de Ender se me hacia frío y que le faltaba el toque femenino, jaja, si estas dos han quedado como algodón de azúcar, infumables e innecesarias, páginas y páginas teniendo que seguir su vida y sus acciones para acabar en ¡nada!

En conclusión, para mí este es un libo innecesario, sólo para los muy pero que muy fans de Ender que se quedan con ganas de más después de todos los libros escritos. Un esfuerzo por redimir, a Ender de su xenocidio, a sus padres por no haber peleado porque regresara a la tierra y quizá algo más, pero que ha quedado tan lejano y tan al aire, que para mí, ha tenido un resultado desastroso. Claro que ya les digo que quizá para la mayoría de los lectores yo esté siendo tan incongruente e innecesaria como a mi me lo ha parecido el libro, pero para gustos colores y este libro lo terminé odiando.

Orson Scott Card nació el 24 de agosto de 1951 en Estados Unidos. Es un escritor de ciencia ficción y otros géneros literarios. Su obra más conocida es El juego de Ender por la que le dieron el premio Nébula de 1985 y el Hugo de 1986, y el Nébula de 1986 y Hugo de 1987 por La voz de los muertos, segunda novela de La saga de Ender. Card y su esposa Kristine han tenido cinco hijos.