La Bella y la Bestia o La magia del cine

Hacia ya tiempo que moría de ganas de escribir ésta entrada no con La Bella y la Bestia, sino con La Cuerda Floja (La cuerda floja y La magia del cine... jaja). Pero bueno, finalmente me he decidido a hablar de una de mis mas grandes aficiones: ir al cine.

Adoro las historias ya sea que estén en libros, en películas, fotografías o canciones. Me gusta sumergirme en mundos distintos al mío, dejarme llevar por la trama hasta convertirme en un habitante más, enamorarme con la protagonista, llorar por su tragedia, o enojarme por las injusticias, me sale bien eso de la empatía. Pero hablemos concretamente del cine, de esa ilusión que me hace ir al local, comprar mis boletos y sentarme en una butaca a esperar que apaguen las luces, que empiece la película y la aventura comience. Y para serles sincera, aunque adoro el drama, las películas que más me gusta ver en la pantalla grande son aquellas de aventura, de suspenso, o que me presentan un mundo mágico o distópico ¿cuál es su género favorito para ver en el cine?

Así pues, llegamos a La Bella y la Bestia, el clásico de Disney llevado a la pantalla grande el director Bill Condon, protagonizado por Emma Watson y Dan Stevens. Desde que me enteré que Emma había conseguido el papel de Bella hace literalmente años, ansiaba ver la película, porque aunque soy adulta y me había esforzado por camuflarme en el mundo de las personas "maduras" he aprendido a aceptar que soy un tanto infantil, que me encanta la magia y que la mitad del tiempo no habito el planeta tierra y que por supuesto, me encantan las princesas. Ciertamente tenía mis dudas respecto a la película, pensé que era de ese clásico caso en el que hay mucha mercadotecnia y detrás que sólo nos vende como joya a una película sólo aceptable, pero ¡oh! Le Bella y la Bestia realmente ha superado con creces mis expectativas y ahora la A-M-O adoro cada aspecto de ésta cinta. Las actuaciones (Emma me parece brillante y perdonen que la mencione tanto, pero es que soy su fan), el sonido (imprescindible en una cinta, en verdad consigue transmitir la emoción del momento), las canciones que ahora suenan en mi cabeza cada dos minutos (sobre todo el "Bella y Bestia son nanana na"), la fotografía que me parece perfecta, en fin una película muy estética que me ha dejado tan embelesada como a una chiquilla de seis años.

Si hay un detalle que ha llegado a incomodarme un poco, es que Bella se quitara el vestido amarillo y como por arte de magia trajera el otro debajo supuestamente, que no pega con el escote y lo ajustado del vestido de baile, vamos que eso no entra ni con calzador, pero bueno, eso es un detalle menor que así tenía que ser por alguna razón y da igual.

¿Qué más les digo que se me pone la piel de gallina en la escena del baile o en la final? Que el acercamiento a la rosa en la torre casi al comienzo me deja con la boca abierta, que me han entrado unas ganas de admirar esos paisajes y correr por el campo como lo hace Bella, o que me emociono tanto como Bella cuando Bestia le regala su biblioteca, en fin... que por las poco más de dos horas que dura ésta película me ha transportado a un clásico cuento de hadas, del que he regresado con una lágrima en el ojo y una enorme sonrisa y por su puesto, ganas de repetir. Y es que el cine es mágico, con el sonido que lo llena todo, esa impresionante pantalla donde puedes observarlo hasta el más mínimo detalle, esa atmósfera de misterio, la sensación de que por el momento no hay nada en el mundo más que la historia que se presenta por delante, el olor a palomitas, ¿qué es lo que más les gusta de ir al cine?

Y bueno, hasta aquí la entrada de hoy, ¿a ustedes les pasa lo mismo con el cine o los libros? ¿Les ha gustado ésta película?