Telón, El último caso de Poirot - Agatha Christie

Hola. ¿Cómo estás? ¿Qué libro estás leyendo actualmente?
Ya hace tiempo había escuchado de ésta novela (Telón) y me la había apuntado entre mis pendientes porque me interesaba como pocas cosas en el mundo, sin embargo la había postergado lo más posible porque no quería llegar al final. Bien, quizá te preguntes, ¿cómo es posible que no quiera llegar al final antes de haber comenzado? Pues sólo por el título: el último caso de Poirot. Y a continuación para poder hacer mi reseña voy a hacer un gran spoiler, por lo que puedes optar por detenerte aquí y confiar en mí si te digo que es una excelente novela que tienes que leer sí o sí y leerme en una próxima reseña. De igual forma si decides quedarte te agradezco infinitamente que me leas.

La historia

Hastings recibe una carta invitación de su viejo amigo el celebre detective belga Poirot, para pasar una temporada en una casa de campo conocida por ambos llamada Styles. Styles tiene historia para Poirot, es su primer parada en Inglaterra, su primer caso en su carrera de detective privado y es también el escenario donde tendrá su última aventura, acompañado como en sus inicios por su querido amigo.

Hastings se dirige sin dilatar al encuentro de un personaje tan querido y también porque en dicho lugar se encuentra su querida e inteligente hija Judith que está realizando una investigación al lado del doctor Franklin. Al llegar se encuentra con un envejecido Poirot, atado a una silla de ruedas y con un bigote y cabello de un negro que contrasta ridículamente con el semblante de su persona. Pero Poirot sólo está envejecido en cuerpo, pues su mente sigue tan lucida como siempre y así se lo dice a su buen amigo quien no duda para nada de su palabra, hasta que Poirot insiste en que le ha mandado llamar porque necesita que él sea sus ojos y oídos en esa casa, donde está a punto de ser cometido un asesinato.

El caso es extraordinario, Poirot sabe quién será el culpable, pero no la víctima ni el motivo. Para descubrirlos debe echar mano de su amigo Hastings a quien no puede decir una sola palabra de la identidad del asesino puesto que es demasiado transparente y sabe que de una forma u otra se delatará quedando en evidencia el motivo de su estancia en Styles. Sin embargo, al no haber motivo aparente y no saber quien es la víctima, las cosas se presentan algo extrañas para la limitada visión de Hastings (y de todos nosotros) quien en ocasiones no puede evitar preguntarse si Poirot tendrá la lucidez que dice.

Todo parece ir normal en aquella casa, sin gran novedad, o al menos nada fuera de lo normal. Hay una pareja a disgusto, un romance inconveniente, se dan situaciones incomodas pero nada que indique un asesinato y sin embargo, Poirot insiste en que en el clímax de su carrera se ha encontrado con el criminal perfecto, convirtiendo lo ordinario de la cotidianeidad en Styles en una extraordinaria novela.

Mi opinión

De entrada ya sabía antes de comenzar que sería el último caso de Poirot porque en ésta novela Poirot muere (aquí el gran spoiler que yo no creo que finalmente lo sea porque el título es muy claro, pero bueno... no quería sentirme culpable de revelarlo a tus pupilas).

Tal como comenté en un principio yo no quería leerlo. Si me has leído con anterioridad sabes que Poirot es mi personaje favorito en el mundo y que le tengo una gran admiración y respeto (como si realmente fuera una persona, al menos yo no lo concibo de otra forma). ¿Cómo podría aceptar la muerte de alguien tan querido? ¿Y dirigirme hacia ella con ilusión y entusiasmo? Pero al fin y al cabo era una lectura pendiente y que tenía que hacer. Ya estaba yo preparada con los pañuelos al lado prácticamente para llorar a mares, pero esto no pasó. Agatha Christie no se caracteriza por impregnar de sentimentalismos sus obras, no hay melancolía que lleva a la lágrima fácil, los últimos días de Poirot son maravillosos, trabajando hasta el último momento con sus celulas grises y manteniendo su clásico humor. Para mí, éste ha sido un final digno, un caso repleto de enigmas, de sospechosos probables, un juego mental que está destinado como siempre a que perdamos. Un final sin drama, honorable y brillante. Al final de su carrera, Poirot se encuentra con un crimen perfecto que sólo él puede disipar, el broche de oro para historias y casos de la talla de Asesinato en el Expreso de Oriente o Diez Negritos. Puede ser exagerado de impecable y quizá improbable, pero es el final más digno que para mí pueda existir y eso me hace admirar aún más a Agatha Christie, pues sencillo hubiese sido inundar las páginas de melancolía y sensibilidad poética, pero ella no es así y me parece que es muy fiel a su estilo único.

En 2014 se había hablado de que la escritora Sophie Hannah traería de vuelta a la vida a éste personaje como un proyecto de los herederos de Agatha, al respecto me declaro absolutamente en contra, por el simple hecho de que la misma Agatha decidió poner punto final a éste personaje, su personaje más emblemático en la novela que les reseño el día de hoy y que había escrito al principio de su carrera y la cual mantuvo guardada hasta llegado el momento, porque la muerte de la propia Agatha Christie sucedió por semanas a la de Poirot. ¿Qué opinas? ¿Leerás algo de Poirot con Sophie Hannah? ¿Ya leíste Telón?

Acerca de la autora

Agatha Mary Clarissa Miller, nació el 15 de octubre de 1890 y murió en 1976 en Inglaterra. Es celebre por sus novelas policíacas y románticas, recibiendo múltiples reconocimientos de nivel internacional por ellas, así como doctorados honoris causa. Fue la menor de tres hermanos, su padre falleció cuando ella tenía 11 años. Su madre la animo a escribir desde muy joven. Durante la primera guerra mundial se desempeño como enfermera, después trabajo en un dispensario perteneciente a la Cruz Roja.
Se casó en 1914 y se divorció en 1928, cuando él la abandono para irse con su amante. Esto junto a la muerte de su madre le causo una crisis nerviosa en la que huyo de su casa, días más tarde fue encontrada pero no recordaba nada de lo ocurrido. Después contrajo matrimonio con Max Mallowan, en cuya compañía viajo a Irak y Siria, sirviendo de inspiración para algunas de sus obras.