Cinder - Marissa Meyer

¡Hola! Hoy les traigo una entrada que va de princesas y cuentos de hadas. Todo empezó con que mi mejor amiga se ha comprado La Selección y pese a no ser una lectora asidua ¡lo ha devorado! Así, tal cual, sin contemplamientos se ha leído cuatro libros en una semana. Y como ninguna de las dos tememos de los spoilers he hecho que me cuente cada día sus avances con pelos y señales. Por mi parte, he tenido una racha floja, entre el trabajo acumulado y lo distraída que ando tengo como diez libros comenzados y ninguno terminado, por lo que su entusiasmo me atrajo y me decidí a voltear a ver ese mundo que tanto me gusta pero que por alguna razón había olvidado: el de los cuentos de hadas.

La historia

En una época muy distante, la tierra se encuentra dividida en 6 reinos que han formado una alianza de paz después de la Cuarta Guerra Mundial. No obstante, en esa época de tranquilidad la vida del planeta tiene dos amenazas: La letumosis, una enfermedad letal y muy contagiosa; y los habitantes de la Luna que están dotados por el poder de controlar la energía de las personas provocando que los demás vean y hagan lo que ellos deseen, quienes cegados por la codicía son un peligro para los terrestres, principalmente la reina Levana, famosa por su crueldad e infinita belleza.

Uno de los reinos de la tierra es la Comunidad Oriental, lugar donde vive Cinder, una chica de 16 años que pese a su corta edad ya se ha convertido en la mejor mecánica de la ciudad. Todo lo que gana debe darlo a su madrastra para el sustento de la casa, aunque esto no le confiere ningun derecho. Cinder tiene clara su posición, pues su madrastra no ha dejado que la olvide en ningun momento, ella no cuenta, no tiene ningún valor en su condición de ciborg y nada de lo que gane con su trabajo le pertenece, ni siquiera ella misma.

Cinder vive en una sociedad donde los ciborg son tratados como herramientas, por lo que no tiene ningún amigo, salvo Iko, un androide que se ha convertido en su ayudante, compañera y fiel amiga; y su hermana Peony, el único ser humano que la trata como a un igual.

Un buen día, mientras esperaba que Iko regresará con su pie de recambio, aparece en su local el Príncipe Kai, un joven apuesto, amable y de sonrisa encantadora que le pide que arregle a su adroide como máxima prioridad. Hablar con él es más fácil de lo imaginado y rápidamente entablan una linda amistad, en la cual por supuesto, el Príncipe no sabe nada de su pie y su mano robóticos.

En casa están con los preparativos para el baile, para el cual su madrastra ha mandado a hacer costosos vestidos para sus dos hijas, mientras Cinder sabe que ella ni siquiera puede fantasear con ir. Pero ese mismo día, todo cambia, cuando horas más tarde su hermana pequeña Peony contrae la letumosis y unos androides deben llevarla a la zona de cuarentena para prevenir el contagio. Mientras que Cinder es envíada por su madrastra para que experimenten con ella y así poder encontrar la cura a la enfermedad antes de que sea demasiado tarde.

Cinder está atrapada y desolada, sin nada que poder hacer. Sin embargo, en el laboratorio, su destino como posible salvación del reino la espera con ansias.

Mi opinión

Cinder es la vieja historia reproducida en tantas ocasiones anteriores con un toque fresco y una heroína que si bien, tiene esa inocencia y bondad de siempre, es también valiente, decidida, inteligente e independiente. El Príncipe es todo amabilidad y gallardía, aunque claro, de pronto está un poco asustado al tener que asumir su papel de Emperador. Cada uno de los personajes cumplen con el estereotipo tan enraizado en ellos y a la vez aportan algo nuevo, como las hermanastras que una es odiosa y busca el favor del Príncipe a toda costa y la otra aunque es un poco superficial, es amable y cariñosa con Cinder. Lo que más me gusto de esta lectura fue poder encontrarme con el cuento que ya sé de memoría (y quien no) con todos sus detalles, pero a la vez trazando una historia nueva, fresca e intrigante.

Cinder, no es que sea una historia original, ni que vaya a dejar grandes lecciones, ni que invite a reflexionar, bueno que siendo sinceros no aporta mucho en sí como libro. Pero tampoco es que tenga que hacerlo, a veces una quiere un libro que la separe del mundo real y la lleve a uno de fantasía donde el chico más guapo del planeta puede invitarte al baile y ser cortés y galante haciendote suspirar en cada página. Tanto mi amiga como yo ya estamos grandes para creer en príncipes, hadas y amores imposibles que nacen de la noche a la mañana y tampoco tenemos la edad para ser el público objetivo de éstas historias, pero creo que por eso hemos disfrutado tanto de ellas. Hemos caído en la rutina y nos hemos enganchado con la realidad de preocuparnos por el por venir, pagar las cuentas, los problemas existenciales, del trabajo, en fin, creo que a veces no sólo podemos, sino que debemos voltear a ver lo que un día fuímos y dejamos atrás y que se refleja en un cuento, no sólo es Cenicienta, es una niña que vive en un mundo de fantasía, a la que le gustan los cuentos, que tiene esperanza, sueños e ilusiones, es una mujer que le sonrie a su compañera de al lado esperando cotillear sobre el último capítulo leído.

Como ven esta vez, no les he hablado mucho del libro, sino de mi incursión a los cuentos de hadas que espero no les haya incomodado y ustedes también me hablen de sus ratos con su niño interior y la literatura. Por cierto, mi princesa favortia siempre ha sido Blanca Nieves, ¿cuál es su cuento?

Acerca de la autora

Marissa Meyer. Nació en Tacoma, se tituló en escritura creativa por la Pacific Lutheran University. Trabajó como editora de libros y escribio cuentos de ficción basados en el manga Sailor Moon. Meyer asegura que se inspiró para escribir Cinder después de participar en un concurso de escritura, donde participó con una historia centrada un Gato con Botas futurista. Su trabajo Crónicas Lunares es una serie de cuatro libros.