Mi primer entrada va relacionada con una festividad que tubo lugar hace algunos días en la ciudad en la que vivo. Esta tradición celebra a San Miguel Arcángel y tiene ya muchos años llevándose a cabo.
Lo más representativo quizá, es un desfile de danzas que vienen de diferentes partes del país. Esto para mí es muy significativo, ya que además de poder ver algunos de los bailes o trajes regionales de distintas ciudades, puedo ver la fe o devoción que muchas de estas personas tienen. Por la razón que lo hagan, lo cierto es que los danzantes vienen a hacer un recorrido viajando kilómetros y haciendo un gasto en pasaje, comida, vestuario, etc., solo para esta festividad, lo que me parece maravilloso.
En los orígenes de esta tradición, eran las comunidades las que venían al municipio para festejar a San Miguel y eran ellos quienes pagaban los gastos de la fiesta, pues eran quienes asistían a visitar y festejar al santo patrono. La costumbre era que el 14 de septiembre en distintas comunidades se velara a la San Cruz. Llegado el día de la fiesta, los danzantes de todas las comunidades se reunían en una sola (la Cieneguita), las imágenes que portaban se colocaban al centro y se nombraban los capitanes de la marcha para entrar a San Miguel en el siguiente orden:
Adelante, iban los capitanes con sus alfereces detrás que llevaban su bandera y estandarte; tras ellos iban trece cruces y enseguida la danza.
Al llegar al centro de la ciudad daban tres vueltas al Jardín (por el Padre, el Hijo y el Espita Santo). En la primer vuelta, los mayordomos entraban a la cárcel y pedían permiso para darles de comer a los presos. Las cruces quedaban afuera de la iglesia, y las danzas bailaban todo el día en el atrio.
Actualmente, entran distintos grupos de danzantes y de distintos lugares, ignoro si estos rituales se sigan haciendo pero lo más seguro es que esto haya quedado en la historia.
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